Señor lector, hoy le invito a que deje de hacer por un momento, eso que está haciendo. Le robaré solo unos minutos. Venga, vamos a dar un paseo.
No me dejará usted mentir, todo buen paseo debe ser acompañado con música. Tome aquí la que yo encuentro apropiada para la ocasión. Le recomiendo que no la escuche todavía, solo déjela cargando, le escucharemos más tarde.
Ahora quisiera presentarle al siguiente personaje:
Este, el de la derecha, el conejo/gigante/estilo-teletubby. Si acaso usted lo recuerda es del video de la canción "Sour girl" de Stone Temple Pilots. No se me vaya, quédese acá conmigo, grábese la imagen y continuemos.
Para el siguiente paso recrearemos un escenario. Imagine usted que esta en una boda, en una tí-pi-ca boda norteamericana. Dije típica señor; no piense en esas que ve en películas; la boda de la que yo hablo es esa en la que los casandos no tienen todos los millones del mundo. Recuerda el salón en el que cantaba Adam Sandler en la película aquella "The wedding singer"? Bueno pues, haga de cuenta que esta usted ahí.
Y como estamos en una boda, comemos pastel, pastel de boda. Obviamente es blanco, trate de recrear el sabor del último pastel (de boda) que comió. Le ayudo, mire, el pan (blanco también) es seco, el betún es de los mantequillosos. Saboree. Resta decir que en unos minutos empezará a sentir sed, pues el café que teóricamente acompaña al pastel nunca llega a tiempo.
Vamos muy bien. Ahora es preciso que tratemos de recrear una sensación, la de pesadez en las manos. Pesadez de esa que uno siente después de caminar varias horas bajo el sol de medio día.
No se me aburra, estamos por llegar. Solo resta que le relate que es lo que sucede en la boda. Esta usted sentado (solo), terminando el último bocado de pastel, que es como en todos los casos, más betún que pastel. ¿Qué es eso que suena? Parece ser que van a comenzar las cuadrillas (AHORA SI! DELE PLAY A LA CANCIÓN). Gira su silla para poder ver a los novios bailando ( tun tun tun ), un grupo de familiares y amigos se integra al baile ( tun tun tun ) .
Un momento, ¿qué es eso que viene bailando detrás de los novios? (PIENSE EN EL CONEJO!). Es un conejo bailando! Por un instante se siente usted alarmado. Pierde preocupación cuando nota la naturalidad del resto de los bailarines ante la presencia de tan curioso individuo. Debe ser algún pariente, prima de ella quizá. Permanece en su silla, observa con gusto y con gracia el bailecito y al poco rato nota como su pie derecho se mueve al ritmo de la música.
A partir de aquí esta usted solo. Disfrute del resto de la canción. Vuelva cuando acabe.
¿Terminó? Muy bien.
A nombre del personal de Pyrolíneas, agradezco su preferencia. Vuelva a viajar con nosotros pronto. Encontrará las salidas acá, más acá y un tantito más acá.
Con la finalidad de brindarle una mejor atención en su próxima visita, deje sus comentarios y quejas en el buzón. Y no salga sin rendirle honor al señor Syd justo aquí.