yo soy, señores, la mala del cuento

disculpen ustedes pero yo no me puedo describir a mí misma; y a quien pueda contenerse a sí mismo en tan pocas palabras: qué lástima me da. puedo por lo pronto declarar no ser normal ni tener intención de serlo y proclamo como mi trabajo diario la elucubración constante durante el día.
veinticuatro años de divagaciones me han dejado manías como abstenerme de utilizar palabras de más de 5 sílabas a menos que sea domingo además de esa cosquillita de querer construir una pantalla neural y hallarle un uso a la basura solar. no prendo cerillos, no atrapo cosas y me dan miedo las puertas de los elevadores. cuando sea grande quiero ser una matemática loca y, si es posible, una sirena rumbera también.
tengo un pez tuerto y uno que no lo es, muchos libros por leer, pensamientos que ordenar y sueños que soñar. creo en el mañana, creo en la humanidad y creo en mí misma. me dan flojera los teístas y los ateístas (a mi parecer más anti-católicos que ateos). aborrecería no ser capaz de aprender nada nuevo y/o no encontrar gente inteligente con quien compartirlo.
el quijote me enseñó a soñar el sueño imposible y que se debe vivir loco y morir cuerdo; lennon me enseñó que aunque sea una soñadora hay muchos más como yo y mi familia me enseñó que hasta ese sueño imposible lo puedo lograr.
no estoy donde quiero estar pero creo firmemente que estoy en el camino correcto. soy una persona pequeñita pero creo que vienen cosas muy grandes para todos nosotros. soy ingeniera, soy estudiante, soy mexicana, soy lagunera, soy mujer, soy hermana, soy amiga, soy robot, soy.